La noche sigue al día.
La luna al sol.
Las sombras a la claridad.
El humo al fuego.
Los antiguos a los nuevos.
Los pobres a los ricos.
Los malos hombres, a las mujeres.
Las madres buenas a sus hijos.
La estupidez a la maldad.
Son cosas habituales
en la naturaleza
con jueces que no deberían serlo.
Ruego sin rogar,
que la biosfera en su curso
sane heridas, y que unas manos
mágicas nos cubran de sensatez,
borrando mentiras y engaños.
Alegría en nuestro devenir
y en los días que son futuro.
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