Llaman a la puerta,
es el cartero, nunca tú.
Suenan en el móvil
mensajes y mensajes,
ninguno es tuyo.
Me cruzo con tantas caras
decenas de rostros,
ente ellos nunca te vi.
Escucho cualquier noticia,
rara vez te concierne.
Fueron muchos meses,
años siempre iguales.
Ahora que podría ser
con locura o con mesura,
mejor pasar de largo
de toda la madeja.
Porque en tu frente
no se vislumbran
burbujas saludables
ni pone ¡Felicidad!
No hay comentarios:
Publicar un comentario