Por las mañanas me levanto
y tengo mil tareas en filas.
No las romperé,
como sargento al cuadrado.
Irán desfilando, mermando,
y, con suerte, terminarán
antes que después.
Haré ejercicios,
muy recomendados,
cenaré, haré como
que veo la televisión,
aunque me enamoren
más las letras.
Me iré a dormir
sabiendo que un día más
he cumplido.
Y me haré por infinita vez
la misma pregunta:
¿Esta rutina es la que nos mantiene?
Cuando a veces la perdemos
por agujeros que surgen,
la extrañamos.
Pero si en alguna ocasión
la hubiésemos truncado
por globos variopintos,
¿habríamos cambiado
esta inercia de la vida?
La cama no me responde,
ni mi alma ni mi corazón.
Mañana volveré a mis tareas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario