Días y noches.
El día es claridad,
vida en movimiento,
ruido y encuentros.
La noche cubre de oscuro
la vida, los secretos,
es quietud y algún desvelo.
Abrazos y durezas.
Los abrazos entrañan cariño,
desprenden calor,
calman penas y dolores.
La dureza dobla voluntades,
tritura deseos e independencia,
curte los corazones
bajo mano de hierro.
Los padres y madres
traen la vida,
alegría sin mesura
si es deseada,
pozo de desesperación
si es negada.
Los hijos, de pequeños,
adoran casi siempre
a sus padres.
De jóvenes es distinto.
Ignorantes de muchas cosas,
las vierten en rebeldía.
En la madurez
vuelven a quererlos
porque los añoran sin fin.
El tiempo vuela más que pasa,
hay que saborearlo.
A destiempo no debería
existir nada, solo vacío.
Son ciclos vitales, vivos
como serpentinas al aire.
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